sábado, 5 de octubre de 2013

LA CRÍTICA ES BELLA. CÓMO ANALIZAR LIBROS PARA NIÑOS

        La literatura infantil y juvenil nace de manos del adulto, siendo además el guía e instructor del proceso de lectura de los niños. Esta figura elige y determina las lecturas que considera más apropiadas, privando al infante de realizar elecciones propias e imponiéndolo como instrumento pedagógico.

      Actualmente la LIJ no tiene la relevancia que debería tener, pasando desapercibida por muchos medios de comunicación. Este caso se contrapone a varios de los estudios realizados en psicología infantil, en los que se considera crucial el periodo infantil para el desarrollo de la persona. Esta etapa se debería aprovechar al máximo con lecturas que aporten al niño valores esenciales, formando su persona interior. Por ello, la LIJ debería crecer notablemente dándole la importancia que realmente tiene.

      Además del aspecto psicológico, cabe destacar el lugar que posee la LIJ en la pedagogía actual. En vez de ofrecer una lectura de disfrute e interés personal, estamos volviendo a épocas pasadas en las que el libro era el vehículo en el que se basaba el proceso de aprendizaje. De esta forma el alumnado debe leer para una finalidad concreta y no por simple motivación personal.


    A la hora de la elección de uno u otro libro, son muchas las indecisiones debido al aumento de producciones literarias que se producen anualmente. Muchas veces se realizan elecciones por criterios económicos, por recomendaciones o por intereses pedagógicos, entre muchos otros. Debido a las equívocas selecciones que se hacen, se ha planteado la idea de que sean los sectores más cercanos a los niños (docentes, psicológicos o pedagogos) los que realicen la correcta selección. Pero, puesto que se trata de un adulto, que esta eligiendo un libro escrito por un adulto en el que el destinatario es un niño, deberá ser un gran conocedor de la literatura con la finalidad de seleccionar con criterio profesional.

      A pesar de su posible aceptación, esta idea contempla un fallo y es que el crítico es un adulto y, por tanto, los sentimientos y reflexiones extraídas de la lectura siempre estarán influenciadas por el pensamiento adulto. Por ello, la crítica más aceptable a la hora de seleccionar un libro de texto para los educandos se basa en una crítica metódica y analítica: descubrir aquellos libros que no deberían pasar desapercibidos por su importancia, descartar aquellos libros que están de moda pero tienen un contenido inapropiado, dar pautas en la elección personal de los libros y, sobre todo, recomendar libros que inciten a leer. 



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