Se dice que hoy en día vivimos en la sociedad de la
información o del conocimiento, en la que la lectura ha pasado bastante de
moda. Es importante hacer comprender a todos que leer enriquece a las personas,
en tanto que se trata de una actividad individual y voluntaria, que formará
nuestro espíritu crítico.
Desde que somos niños, se nos introduce en el mundo de la
lectura, aunque quizás no se haga de una forma adecuada. La mayoría de lecturas
que realizan los niños son obligatorias, y su manera de adquirir conocimiento
es trabajando con libros, de los que luego serán examinados. Así pues, el
soporte recibe un rechazo inicial.
Hay que favorecer la lectura desde la escuela, puesto que es
aquí donde se formarán los futuros lectores. Es muy importante también la
lectura en familia, ya que la imitación es una de las mejores fuentes de
aprendizaje. Y esta terna, no estaría completa si dejamos de lado la
biblioteca.
Los medios de comunicación no son la causa del abandono de
la lectura, pero sí han promovido un cambio en el modelo cultural, ahora más
icónico o visual. En internet se lee, pero de manera instrumental.
Desde siempre ha existido la animación a la lectura. Pero la
promoción se ha dejado de lado, quedando la primera incompleta. Los objetivos
de esta animación deberían centrarse en aspectos como la voluntariedad, los
textos atractivos o el espacio adecuado. Debe ayudar a los lectores a superar
obstáculos, por tanto tendrá que pensar en las necesidades de sus
destinatarios. Y por supuesto, es crucial eliminar todos los condicionantes
negativos en estas actividades lectoras relacionados con los castigos o
exámenes.
Así pues, el objetivo de la sociedad actual tiene que ser el
de crear una ciudadanía lectora, que adquirirá a su vez la condición de crítica
y competente. Y esto se hace fomentando la lectura desde la infancia, sin poner
ningún tipo de límites ni barreras a estos futuros lectores libres.