Actualmente el hábito de lectura es un tema candente entre los profesionales de la educación y de las letras en general. Son muchos los aspectos a tener en cuenta para valorar las motivaciones e intereses personales de los alumnos para seleccionar uno u otro.
Entre los universitarios se valora positivamente el hábito lector pero no se lleva a la práctica. A la hora de optar por un libro, normalmente se escogen ejemplares con una estrecha relación semántica con los estudios que se están cursando. De este modo se afirma que las motivaciones e intereses de los universitarios a la hora de leer, se centra mayoritariamente en aspectos académicos y no personales, lo que nos hace afirmar que los estudiantes de universidades leen por obligación.
Otro aspecto a tener en cuenta son las actividades extraescolares que se realizan en el tiempo libre. Hoy en día disponemos de una infinidad de entretenimientos muy variados como podrían ser: espacios personales en la red, consolas, vídeo juegos, aparatos electrónicos, etc. Estas máquinas, por llamarlas de algún modo, se camuflan en nuestras vidas haciendo de nosotros una máquina más, lo que nos influye negativamente a la hora de realizar actividades tradicionales como puede ser salir al campo, dar un paseo o sentarte tranquilamente en la terraza a leer un libro. Con todo ello se confirma que nuestro tiempo libre suele dedicarse a tareas diferentes a la lectura.
Por otro lado, contrarrestando lo mencionado anteriormente, cabe destacar que la competencia lectora es esencial para comprender el hipertexto e intertexto, acto que sólo puede desarrollarse mediante la lectura. Con todo ello podría decirse que, si los universitarios no tienen hábito lector, su competencia lectora estará muy poco desarrollada o será prácticamente nula, haciendo de sus lecturas una actividad dificultosa y poco consistente.
Centrándonos en las bibliotecas, cada vez tienen menos afluencia siendo las visitas mayoritarias por interés académico y no por interés personal. Dichos espacios no saben cómo fomentar la lectura y atraer a un público variado ya que las nuevas tecnologías facilitan el acceso a una gran variedad de tipologías textuales, arrasando completamente con las bibliotecas.
Además, el texto no esta contextualizado en la situación actual del territorio español ya que se centra en el marco situacional de Chile. Los datos aportados son de dudosa fiabilidad porque la realidad que podemos encontrar allí es muy diferente a la de aquí. La educación es privada y el acceso a la información que tienen los estudiantes chilenos es muy amplia por su condición económica. Por este motivo los universitarios no tienen la necesidad de acudir a la biblioteca tanto como el resto de usuarios.
Para finalizar, nos gustaría mencionar el poco trato que tiene el texto en relación a las nuevas tecnologías ya que actualmente son una fuente de información en expansión. En lo referente a la estructura del texto, cabe destacar que el autor utiliza vocablos en desuso y errores gramaticales que restan validez al escrito.
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